15/10/07

Easy Artificial Episodes: Hoy le toca a Cliff Steele

No creo que muchas personas -comiqueras y de las otras- se hayan preguntado ¿qué pasó con Doom Patrol después de la salida de Grant Morrison de la serie al principio de 1993? D. Lo reemplazó Rachel Pollack y lo hizo muy bien. Hace un par de horas comprobé este hecho una vez más cuando me leí Doom Patrol 74 publicada en enero de 1994. Se trata de una historia titulada "Botleg Steele" en la que Cliff Steele (Robotman) debe enfrentar una de las pocas amenazas de los cómics de superhéroes con las que me puedo identificar: la reproducción ilegal de su identidad personal. Palabras más palabras menos, una organización underground esta usando una copia del cerebro de Cliff Steele para producir hardware y software. Así, en paquete completo incluye un robot para ensamblar a que se le puede instalar las funciones cerebrales (personalidad, recuerdos, conocimiento, conciencia, etc.) del héroe.

Cliff, el "original", y Coagula salen a descubrir la verdad sobre este caso. Con el tiempo descubren que las copias están siendo producidas por un edificio inteligente que cuando obtuvo el software de Steele asumió su personalidad o mejor sus funciones cerebrales. El gran reto personal para el héroe es, entonces, descubrir qué lo hace distinto a sus copias. No hay nada que legitime al personaje por encima de sus otras versiones (razón por la cual la palabra original está entre comillas). Desde el punto de vista físico, Robotman dejó de ser un cerebro en un cuerpo mecánico cuando Doom Patrol enfrentó al Candlemaker al principio de la administración de Morrison así que es imposible hacer la división entre corporalidad biológica y la mecánica porque todos están hechos de lo mismo. De igual forma, el software o la personalidad o las funciones cerebrales de Robotman puede ser copiadas un millón de veces y seguirán siendo el mismo. Mejor dicho, un programa, digamos Tetris, es algo distinto al medio físico que lo contiene. Tetris sigue siendo Tetris en cada una de sus copias.

Como para que la cosa se vuelva un poco más jodida, todas las copias están conectadas entre sí. Robotman adquiere la capacidad de sentir todo al mismo tiempo. De hecho, las copias "viven" en un tiempo paralelo porque son el disco duro de Cliff Steele cuando enfrentó a Candlemaker, es decir, viven en el pasado. Entonces, todas las distintas experiencias de las cientos de copias de Robotman conforman una especie de Crisis en las Tierras Infinitas cyberpunk. Cada reproducción incluye un control remoto que, entre otras cosas, controla la percepción que los robots tienen de esta experiencia emotivo sensorial colectiva que describo. Uno de ellos decide apretar el interruptor y adentrarse en la hiperrealidad que me imagino que debe ser algo así como si tuviéramos un computador conectado a la cabeza y pudieramos ver todas las páginas web del universo pero multiplicado por todas las combinaciones posibles de nuestros sentidos.

Cuando vuelve, el Robotman viajero dice: "Lo vi todo, Alicia. Vi, oí, olí... Era todo. Todo al mismo tiempo. Podía escuchar silbatos de tren y óperas. Podía ver el Sol en la mitad de la noche. Sentía el sabor del helado y de la sangre..." Estas palabras, al igual que las imágenes del viaje del robot, están diseñados a partir del amplio conocimiento que Pollack tiene del tarot y de las imágenes como simbología.

Al final, Cliff no puede comprobar que es el original. No puede vencer al enemigo con una victoria de fuerza y puede comprobar que sus maneras son incorrectas o inmorales. Lo único que lo hace único es la decisión de serlo. Por eso, mientras se quema en edificio, Cliff dice: "Ellos son máquinas, Yo no."


Como nota al margen me queda decir que esta historia no es ningún thriller y que el valor de sus historias no es que te tienen al filo de la silla mientras lo lees. Son unas historias medio ensayísticas cuya calidad radica en la posibilidad de hacer conexiones y de asociar los hechos a correlatos bastante interesantes. En otras palabras, vale la pena preguntarse quién reemplazó a Grant Morrison.

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6 comentarios:

SrFiasco dijo...

Eso sonó como El Aleph. Es como El Aleph Cyberpunk, se me ocurre.

Pierkey dijo...

Hola amigolucho, solo pasaba para conocer tu nuevo proyecto, otro dia con mas tiempo te comento, aunque el comic no es mi tema. Suerte.

Pablo Guerra dijo...

gmIV,

Es cierto. Esa generación de escritores noventerillos con cercanías fantásticas son muy cercanos a Borges. A Morrison le pregunté por él y me dijo que lo había leído un montón y Pollack seguro que también lo tenía entre sus lecturas.

Me falta preguntarle a Moore y a Gaiman pero eso será en otra década.

Pablo Guerra dijo...

Girando Girando.

Hombre, pues gracias por la visitica y que vuelva.

Unknown dijo...

Ole. Voten: http://textosonoro.blogspot.com/2008/01/online-surveys-take-our-poll.html

Hitlercito dijo...

voy a aplaudir, pero sólo porque lo dice bender b. rodriguez

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